Music Journalist & Editor of Rockum
(Rockum) - Todo apuntaba a que sería el evento del año. Con casi tres meses de anticipación, los fanáticos del metal en Perú se preparaban para recibir a la leyenda alemana del thrash, Sodom. Flyers por todas partes, entradas vendiéndose como pan caliente, y una emoción palpable entre los bangers, quienes esperaban ansiosos el gran día. Sin embargo, como un presagio de lo que estaba por venir, los problemas comenzaron a surgir.
La llegada del trío estaba prevista para el miércoles 23 de febrero, con una conferencia de prensa y una firma de autógrafos programadas para las 7 p.m. Pero, inesperadamente, Sodom llegó recién el 24 de febrero, debido a problemas con los pasajes. A pesar del contratiempo, varios fans fueron a recibirlos al aeropuerto y lograron organizar una improvisada firma de autógrafos el mismo día. Aún así, el malestar inicial ya se había instalado.
Los problemas no terminaron ahí. Como es tristemente común en el Perú, el evento, anunciado para las 6 p.m. en el Club Reser, comenzó con un retraso significativo. Finalmente, entre las 8 y 8:30 p.m., el concierto arrancó con los primeros riffs de Evildamn. Sin embargo, la acústica del local dejó mucho que desear, haciendo que incluso los más devotos no pudieran disfrutar plenamente de la presentación. A pesar de esto, Evildamn se entregó por completo, reafirmando su lugar como una de las mejores bandas peruanas del momento.
Luego fue el turno de Disinter. Aunque nunca había escuchado su música, las expectativas eran altas. Sin embargo, a medida que avanzaba su presentación, las canciones se volvían monótonas, y la voz apenas se escuchaba. Esperaba que fuera solo un problema de sonido, ya que muchos me han recomendado escucharlos en estudio. Después de casi 45 minutos de espera, finalmente salieron a escena Angelripper y compañía.
El público estalló de euforia mientras Sodom abría con "Among the Weirdcong", justo la canción que un amigo había anticipado con emoción. Aunque solo eran bajo, guitarra y batería, el sonido no fue el mejor, algo que desanimó a muchos, incluyéndome. Sin embargo, al reconocer las canciones, pude mantenerme conectado con el concierto. Continuaron con clásicos como "Remember the Fallen", "Blasphemer", "Outbreak of Evil", "Masquerade in Blood", "Fuck the Police", "Napalm in the Morning", "The Saw is the Law", y muchos más.
Pero cuando empezaron a tocar "Sodomy and Lust", el volumen del sonido se redujo drásticamente, dejando al público desconcertado. Justo a mitad de la canción, el volumen regresó, pero al terminarla, las luces y el sonido se apagaron por completo. La banda salió del escenario sin despedirse, dejando a todos pensando que sería la típica finta para un encore. Lamentablemente, no fue así.
Me encontré en un estado extraño, feliz por haber visto a una de las mejores bandas en vivo, pero profundamente molesto por la desorganización y el abrupto final. Las versiones sobre lo ocurrido comenzaron a circular, y al final se supo que fue un conflicto entre Tumba, la empresa promotora de la banda en Sudamérica, y Mutantbangers, los organizadores del evento en Perú.
A pesar del caos, es importante destacar la entrega de Sodom en el escenario y su interacción con el público. Solo queda esperar que este incidente no afecte futuras relaciones entre Tumba y las empresas peruanas, por el bien de los oídos metaleros en el Perú.
Setlist:
Among the Weirdcong
The Vice of Killing
Napalm in the Morning
The Saw Is the Law
Blasphemer
Eat Me
Outbreak of Evil
Witching Metal
Agent Orange
Fuck the Police
Sodomized
Sodomy and Lust
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