Music Journalist & Editor of Rockum
(Rockum) - El pasado sábado, la Casa de la Cultura en San Miguel fue testigo de una noche memorable para los amantes de la guitarra. Aunque el evento estaba programado para las 7:00 p.m., el inicio se retrasó hasta las 8:30 p.m., un pequeño contratiempo que no disminuyó en absoluto la emoción del público. Alrededor de 400 personas se congregaron en el mismo lugar donde, hace dos años y medio, Marty Friedman ofreció una clínica que dejó huella.
Desde temprano, los asistentes se encontraron con amigos y conocidos mientras esperaban en la fila, anticipando lo que prometía ser una experiencia única: la oportunidad de presenciar en vivo a Michael Angelo Batio, considerado por muchos como el guitarrista más rápido del mundo y el inventor de la emblemática guitarra doble.
Al ingresar al local, los asistentes tomaron asiento, pero no tuvieron que esperar mucho. La audiencia, impaciente, comenzó a corear el nombre del artista: "¡Michael! ¡Michael!". El ambiente estalló en aplausos cuando Batio finalmente apareció en el escenario, mostrando un carisma y una conexión con el público que pocos artistas pueden igualar.
La clínica comenzó con fuerza, con Michael ejecutando uno de sus temas característicos. A continuación, deleitó a los presentes con "No Boundaries", una pieza de su célebre DVD Speed Kills y de su álbum homónimo. También interpretó "Rain Forest", una de las favoritas de sus seguidores, y otra pieza en la que rindió homenaje a grandes guitarristas del pasado, recibiendo una respuesta entusiasta por parte del público.
Llegado el momento de las preguntas, la interacción con el público fue variada, aunque la calidad de las preguntas dejó algo que desear. Sin embargo, el verdadero clímax de la noche estaba por venir: la demostración de su famosa guitarra doble. Fue un espectáculo impresionante, que dejó a muchos en estado de asombro, y que algunos consideraron digno de un circo por su espectacularidad y destreza técnica.
Para cerrar la clínica, Batio interpretó una última canción de su más reciente álbum, antes de proceder a la esperada sesión de autógrafos. Como era de esperarse, la multitud se abalanzó para obtener una firma, lo que generó un poco de caos, pero sin mayores inconvenientes. Eso sí, los discos que trajo el guitarrista se agotaron rápidamente.
La noche fue, sin duda, un éxito rotundo. El público salió más que satisfecho, y ya se especula sobre un posible regreso de Michael Angelo Batio el próximo año. Una velada inolvidable para todos los que tuvieron la suerte de asistir.
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